11/12/2025
Minutos de lectura:
4

Motivación intrínseca: qué es y cómo desarrollarla

Descubre qué es la motivación intrínseca, en qué se diferencia de la extrínseca y cómo fortalecerla para conectar con tu bienestar emocional.

Equipo Psi Mammoliti

Todas las personas tenemos razones que nos impulsan a actuar. Algunas provienen del exterior (motivación extrínseca), mientras que otras vienen del interior. A estas últimas las conocemos como motivación intrínseca.

En este artículo profundizaremos en ésta última, en qué se diferencia de la motivación extrínseca, por qué es tan importante para nuestro bienestar y cómo puedes empezar a cultivarla en tu día a día.

¿Qué es la motivación intrínseca y cómo se diferencia de la extrínseca?

La motivación extrínseca aparece cuando hacemos algo para obtener un resultado externo. Es decir, cuando el impulso proviene de la necesidad de evitar una consecuencia o alcanzar una recompensa. Un ejemplo: estudiar para sacar una buena nota o cumplir con un horario para evitar un castigo o un llamado de atención.

En cambio, la motivación intrínseca surge cuando realizamos una actividad porque la disfrutamos, nos interesa o nos resulta significativa. No hay un premio externo que la impulse: lo que nos mueve es el placer de aprender, explorar, crear o simplemente experimentar algo que valoramos.

Mientras que la motivación extrínseca es útil para objetivos puntuales, la motivación intrínseca es clave para el desarrollo personal y el bienestar emocional.

Hablamos de motivación extrínseca cuando el impulso proviene de la necesidad de alcanzar una recompensa o reconocimiento.

¿Por qué es tan importante desarrollar la motivación intrínseca?

Las motivaciones externas pueden desaparecer cuando no hay más recompensas o presión. Pero cuando hacemos algo porque nos importa, porque nos apasiona o porque nos desafía de forma positiva, la energía para sostenerlo se vuelve más constante, genuina y poderosa.

Pensemos, por ejemplo, en algo cotidiano como el trabajo. Hoy en día, por sus características, la mayoría de ellos son lo suficientemente complejos como para que la gente pueda disfrutar del trabajo como lo hace con el tiempo de ocio. Por lo que, en la mayoría de los casos, la motivación es extrínseca: económica, de reconocimiento, entre otros. Para que esto fuera diferente, debería crearse un entorno adecuado que permita motivar a los trabajadores apelando a sus necesidades internas, a su deseo natural de aprender, de cooperar con los demás, de ser respetados. 

¿Qué hace falta para encontrar esta motivación?

Aquí es donde entra la Teoría de la Autodeterminación, propuesta por los psicólogos Edward Deci y Richard Ryan en 1975. Esta teoría sostiene que las personas necesitamos satisfacer tres necesidades psicológicas básicas para sentirnos motivadas de forma natural y duradera.

Las tres claves de la Teoría de la Autodeterminación

  • Autonomía: Nos gusta poder elegir el camino y la forma de cumplir el propósito, que no nos lo impongan.
  • Competencia: Nos gusta sentir que somos buenos haciendo lo que hacemos, y que lo que hacemos nos permite mejorar nuestras habilidades.
  • Relación o vinculación: Buscamos interactuar, estar conectados y preocuparnos por los demás.

Cuando estas necesidades están cubiertas, la motivación intrínseca florece de manera espontánea y nos impulsa a crecer, explorar y comprometernos con lo que realmente nos importa.

Conectar con tus valores puede ayudarte a fortalecer tu motivación intrínseca

¿Cómo puedes cultivar tu motivación intrínseca?

Para fortalecer este tipo de motivación, no necesitas técnicas complicadas. Se trata de prestar atención a lo que te gusta, a lo que te hace bien y a lo que te importa de verdad.

A veces vivimos en piloto automático y olvidamos preguntarnos: ¿por qué estoy haciendo esto? ¿Lo elijo yo o lo hago por costumbre o por presión?
Parar un momento y escucharte puede ayudarte a reconectar con lo que realmente te motiva.

Estrategias para fortalecer tu motivación interna

  • Conecta con tus valores: pregúntate qué sentido tiene lo que haces. ¿Resuena contigo? ¿Es importante para ti? Si sientes que necesitas ayuda para comenzar, quizás nuestra Hoja práctica para identificar valores puede acompañarte en el proceso.
  • Establece metas personales: define objetivos que realmente te interesen, no aquellos impuestos por otros. Por supuesto que habrá cosas que “debamos” hacer o que la motivación es más bien externa que interna, pero que no falten también metas u objetivos que tengan que ver contigo y con las cosas que te hacen bien.
  • Fomenta tu autonomía: de la mano con el punto anterior, elige espacios donde puedas tomar decisiones propias, aunque sean pequeñas.
  • Disfruta del proceso: en lugar de centrarte solo en los resultados, observa qué aspectos del camino te resultan placenteros o enriquecedores.
  • Celebra tus logros: reconoce tus avances, sin depender únicamente de la validación externa.
  • Rodéate de vínculos nutritivos: compartir tus intereses con personas que te inspiran fortalece el sentido de pertenencia. Cabe aclarar que no todo lo que te interese a ti, le interesará o será valorado de la misma manera por quienes te rodean, pero que no falten esos vínculos que nutren o persiguen los mismos intereses que tú.

Estas acciones, aunque pequeñas, ayudan a que tu motivación surja desde un lugar más auténtico y duradero.

Reflexión final

La motivación intrínseca es una fuerza que nos llama desde adentro, desde lo que somos, lo que sentimos y lo que valoramos. Cuando conectamos con ella, no solo hacemos más, sino que hacemos con más sentido, con más presencia y con mayor bienestar.

No cabe duda de que las personas se sienten más satisfechas y comprometidas cuando hacen lo que realmente quieren. Pero esto no significa hacer sólo lo fácil o placentero: significa hacer lo que resuena con tu propósito, lo que despierta tu curiosidad, lo que te permite crecer.

En este artículo encontrarás

Tal vez puedas empezar haciéndote preguntas sencillas:
¿Disfruto lo que hago? ¿Siento que puedo hacerlo a mi manera? ¿Estoy desarrollando mis habilidades?
A veces, un pequeño cambio en la mirada es el primer paso para recuperar tu poder personal.

¿Y si hoy decidieras hacer algo pequeño, pero significativo, guiado por lo que verdaderamente te importa?

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