20/11/2025
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Mandato de la delgadez: cómo impacta en tu salud mental y emocional

Exploramos cómo el mandato de la delgadez afecta la salud mental, la autoestima y la relación con el cuerpo. Consecuencias, señales y claves para prevenir.

Equipo Psi Mammoliti

"Qué bien estás, ¿bajaste de peso?"
Lo que parece un halago inofensivo encierra una lógica tan repetida como peligrosa: la delgadez como sinónimo de éxito, salud, belleza y valor. Esta creencia, instalada por la cultura, los medios de comunicación y los discursos médicos, ha configurado durante décadas un mandato estético que pesa (y mucho) sobre nuestras emociones, nuestra identidad y nuestro vínculo con el cuerpo.

En este artículo te proponemos mirar más de cerca el mandato de la delgadez, sus consecuencias en la salud mental y física, su origen cultural, y cómo podemos empezar a cuestionarlo para construir una relación más amorosa con nuestros cuerpos.

El mandato de la delgadez: ¿qué es y cómo se manifiesta hoy?

El mandato de la delgadez es una construcción social que asocia el cuerpo delgado con la belleza y la validación. Las personas que se acercan a ese modelo reciben aprobación; quienes no, enfrentan críticas, rechazos o exclusión. Esto se vuelve especialmente dañino cuando se internaliza desde edades muy tempranas.

Aunque este ideal existe desde hace algunas décadas, tiene raíces profundas. Ya entre 1910 y 1940, los medios de comunicación promovían dietas estrictas, productos reductores y fajas como soluciones para los “males del cuerpo moderno”. A las mujeres se las incitaba a adelgazar por belleza; a los hombres, por salud. El cuerpo delgado era símbolo de control y pertenencia social.

Hoy, ese mismo modelo se reinventa en TikTok y otras redes. El fenómeno conocido como #SkinnyTok muestra cuerpos extremadamente delgados con frases como “nada sabe mejor que sentirse delgada”, y contenidos que disfrazan la delgadez extrema de disciplina o bienestar.

Se ha puesto en auge la promoción de adelgazamientos express con productos como Ozempic

Las consecuencias emocionales y físicas de perseguir un cuerpo ideal

Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son patrones persistentes de comportamiento alimentario anormal, acompañados de una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal. Afectan seriamente la salud mental, física y la vida social. En casos extremos, pueden provocar la muerte.

En Argentina, se estima que un 29% de la población presenta algún tipo de TCA, siendo uno de los países con mayor incidencia en el mundo.

Los TCA más conocidos son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón, pero hoy se identifican otros como:

  • Ortorexia: obsesión por comer “saludable”.
  • Vigorexia: ejercicio compulsivo para ganar músculo.
  • Diabulimia: manipulación de insulina para perder peso.
  • Adicción a la comida: ansiedad y culpa ligadas al deseo de comer.

Muchas veces, estos trastornos son alimentados por comentarios cotidianos, elogios por adelgazar, o la promoción de adelgazamientos express con productos como Ozempic, medicamento indicado para la diabetes y usado peligrosamente para perder peso rápido—.

Gordofobia: cuando el cuerpo no encaja en la norma

La gordofobia —también conocida como gordo odio— no es solo rechazo a los cuerpos grandes, sino la obsesión social por la delgadez. Es un sistema que patologiza la gordura y asocia a las personas no delgadas con pereza, descontrol, falta de voluntad o falta de salud.

Según la Doctora en Estudios de Género y activista Laura Contrera, la gordura no solo se ve como exceso, sino también como falta: de cuidado, de disciplina, de valor. Estos prejuicios se aprenden en la escuela, en los consultorios médicos, en la familia, en la televisión y las redes.

El problema no es el cuerpo, sino el juicio que recae sobre él.

Frases como “estás más flaca, ¡qué bien!” refuerzan la idea de que solo los cuerpos delgados merecen aprobación. Y eso afecta profundamente la autoestima, la forma de vincularnos y la salud mental de quienes no encajan en ese molde.

La gordofobia asocia a las personas no delgadas con pereza, descontrol, falta de voluntad o falta de salud.

Señales de conflicto con tu propio cuerpo

No siempre es evidente cuándo comienza una relación dañina con la comida o con el cuerpo. Pero prestar atención a ciertas señales puede marcar la diferencia:

  • Pérdida visible de peso por evitar alimentos “calóricos”.
  • Vómitos autoprovocados tras comer.
  • Distorsión de la imagen corporal frente al espejo.
  • Ejercicio excesivo, incluso con malestar físico.
  • Uso de laxantes o fármacos para “limpiar” el cuerpo.

En edades tempranas, estos signos suelen estar acompañados de cambios de humor, retraimiento social o irritabilidad. Detectarlos a tiempo puede evitar consecuencias graves.

Reflexión final: repensar la salud más allá de la delgadez

La psicóloga especializada en conducta alimentaria Denisa Praje propone habitar entornos que celebren cualidades más allá del aspecto físico. Espacios donde no se opine sobre el cuerpo del otro, donde podamos construir autoestima sin depender de la mirada ajena.

A esto se suma la necesidad de educar en comunicación emocional, tolerancia a la frustración y el derecho al error. También, limitar la exposición a redes que promueven estándares irreales.

En este artículo encontrarás

Es urgente construir una nueva narrativa: una donde la salud no se mida en kilos, donde la belleza no sea un molde único, y donde nuestros cuerpos sean, simplemente, habitables.

¿Y si dejáramos de definir nuestra valía por nuestro cuerpo?

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