Planifica con inteligencia, no con rigidez
No necesitas un horario minuto a minuto, pero sí una estructura flexible que te ayude a visualizar tus tiempos y prioridades.
Acá te dejo algunos métodos recomendados:
- Matriz de Eisenhower: clasifica tus tareas en urgentes, importantes, delegables y prescindibles.
- Método ABC: agrupa actividades según su nivel de prioridad (A = alta, B = media, C = baja).
- Agenda o app de gestión: Google Calendar, Notion o Trello pueden ayudarte a organizarte mejor.
Consejo: evita la sobreplanificación. Deja margen para imprevistos y tiempo libre.

Estudia en ciclos y no te olvides de los descansos
El cerebro necesita pausas para procesar información. Estudiar sin parar puede parecer productivo, pero a largo plazo genera fatiga mental.
Técnicas efectivas:
- Pomodoro: 25 minutos de estudio + 5 minutos de descanso.
- Regla 50/10: 50 minutos de concentración + 10 de pausa.
- Técnica 90/30: 90 minutos de foco profundo + 30 de descanso.
Dato: un estudio de la Universidad de Illinois mostró que hacer pausas estratégicas mejora la retención de información y la productividad.
Gestiona la ansiedad con herramientas emocionales
Si la presión te abruma, es importante regular tu estado emocional.
- Técnica de respiración 4-4-6: inhala en 4 tiempos, sostén el aire 4 segundos y exhala en 6 tiempos.
- Visualización positiva: antes de estudiar, imagínate el momento en que terminas tu tarea o apruebas un examen. Piensa en la satisfacción de haber avanzado y en la tranquilidad de sentirte preparado o preparada.
- Autoexigencia consciente: no siempre podrás estudiar al 100%. Si hoy te cuesta concentrarte, enfócate en completar un objetivo pequeño, como leer una unidad o resolver un par de ejercicios, en lugar de intentar abarcarlo todo. Lo importante es avanzar, no hacerlo perfecto.
Pregunta clave: ¿Te estás exigiendo más de lo necesario?
Construye hábitos saludables que potencien tu rendimiento
Tu rendimiento académico depende mucho de cómo cuidas tu cuerpo.
- Duerme al menos 7-8 horas: el sueño fija los recuerdos y mejora la concentración.
- Alimentación balanceada: evita el exceso de cafeína y azúcar; opta por proteínas y grasas saludables.
- Movimiento diario: caminar o hacer ejercicio mejora la memoria y el enfoque.
Dato: estudios demuestran que el ejercicio regular aumenta la capacidad cognitiva en un 20%.
Encuentra un método de estudio que funcione para ti
No todos aprendemos igual, por eso es clave encontrar un método que se adapte a tu estilo de aprendizaje.
Algunas estrategias que pueden servirte:
- Mapas mentales: resume la información con esquemas y colores para visualizar mejor las conexiones entre ideas.
- Técnica Feynman: explica el tema en voz alta o escríbelo como si se lo contaras a alguien sin conocimientos previos. Si no puedes hacerlo de forma sencilla, repasa la información y vuelve a intentarlo.
- Repetición espaciada: en lugar de memorizar todo en un día, repasa en intervalos (por ejemplo, hoy, en 2 días y en una semana) para fijar la información a largo plazo.
Aplica estas estrategias y notarás que estudiar te resulta más fácil y efectivo.
Reflexión final: aprender sin perder el bienestar
Organizarse para volver a cursar no significa llenarse de listas interminables ni estudiar sin descanso. Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar.
Recuerda:
- Planifica con flexibilidad para evitar la sobrecarga.
- Usa descansos estratégicos para mejorar la concentración.
- La autoexigencia excesiva puede bloquearte más que ayudarte.
- Dormir, comer bien y moverte impacta directamente en tu rendimiento.
Estudiar no solo se trata de aprobar, sino de disfrutar el proceso. Con las herramientas adecuadas, puedes hacer que este período sea más liviano y llevadero.
¿Cuál de estas estrategias vas a implementar primero?
En este artículo encontrarás
Volver a estudiar puede ser un reto emocionalmente abrumador, pero con las herramientas adecuadas, se puede transformar en una experiencia más organizada y menos estresante. Este artículo ofrece estrategias clave para gestionar la ansiedad, optimizar el tiempo de estudio y construir hábitos saludables que mejoren tu rendimiento académico. Descubre cómo planificar de forma flexible, tomar descansos efectivos y encontrar el método de estudio que mejor se adapte a ti, para que puedas avanzar sin sacrificar tu bienestar.